domingo, 9 de julio de 2017

No habrá recompensa para los malvados


- Allah, ya estoy aquí. ¿Dónde me esperan las setenta y dos huríes que me corresponden?

- Yo no pedí tal barbaridad en mi nombre. Nadie te espera.

Rubén soltó el bolígrafo sobre la mesa. Pensó que escribirlo le aliviaría, pero no podía dejar de mirar la cama vacía de su hermano. 




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