https://hambrecero.es/#proyecto
Recóndito laberinto,
encrucijadas complejas
y caminos sin salida.
Extraviado en vía muerta
eres náufrago eremita
de una calle que recela.
La fortaleza del roble
cierta y confiable... hoy se quiebra;
engullido por su sombra
sin saber lo que le espera.
Quiso descifrar las claves,
especular tras la huella
que la vida sembraría,
despejando las tinieblas
a los ojos adheridas.
Anochecer sin respuestas
hizo lento el despertar.
Faltan sonrisas abiertas
arrullando corazones,
y esos abrazos que aprietan
cuando el Alma tiene frío.
Falta que el mundo comprenda
cómo encontrar la salida.
Falta que encaje la pieza,
justo… en el hueco preciso.
Bajo la luz de la luna,
a la letra…
tú le bailas la pena.
Arqueas el cuerpo
y tu cintura cimbrea.
Enfatizado pellizco regala tu danza;
rémora de un beso quemándote los labios.
Matalaraña bordado a tus pies
moviendo con brío esa bata de cola.
En tus manos…
Palillos vibrando, Posticeo y Riá-Pitá;
entrechocado es el lamento
como el eco de la ausencia.
Estremecida está la luna
con los quiebros de tu danza.
Pues de esta lenta soleá,
brota dramático sentimiento
dibujando con tu braceo,
tus manos y tus dedos,
los contornos de esa luna…
que contigo tu pena llora.
Publicado en la Asociación Solidaria Cinco Palabras:
Palabras a incluir regaladas por:
ANTONIO NAJARRO, BAILARÍN Y COREÓGRAFO
PELLIZCO - MATALARAÑA - PALILLOS - POSTICEO -
RIÁ-PITÁ
Causa Solidaria del mes de Noviembre:
FUNDACIÓN AYUDA A NIÑOS Y ADOLESCENTES CON CÁNCER (FANAC)
https://cincopalabras.com/2020/11/01/causa-del-mes-de-noviembre-fundacion-ayuda-a-ninos-y-adolescentes-con-cancer-fanac/
Publicado también en POÉMAME:
https://comunidad.poemame.com/t/a-la-luz-de-la-luna/11191?u=galilea
Sombríos ojos de niña
encogiendo mi Alma.
¿Por qué se asusta la vida turbando la calma;
oscureciendo el sol tras tu ventana?
Inclemente enfermedad,
sin importar el lugar o la etnia,
en tu cuerpo obstinada.
Entrando a saco como un delirio...
tu salud tembló
añadiendo más dolor a la pobreza.
Aquí…
nos aprieta el pecho rompiendo moldes
que encajaban perfectos…
desde un cómodo y mullido sofá.
No molestéis al agua
cuando está en calma.
Permitid que vuestros rostros se miren en ella.
Respirad profundamente
exhalando fuera el trémulo,
y temeroso desconcierto.
Hagámoslo después
de mirar de frente al dolor ajeno.