https://cincopalabras.com/2022/05/01/causa-del-mes-de-mayo-fundacion-kirira-fundacionkirira/
Cien metros le separaban del pecio con los restos del naufragio. Paró el motor y oteó a su alrededor; no había nadie. Enfundado en el traje de buzo saltó por la borda. Un cuerpo hinchado al que le faltaban las piernas asomaba bajo un tramo de barandilla. Se acercó más. “Lo sabía", de su cuello colgaba el gran diamante que faltaba en la caja fuerte. Quiso quitárselo, pero un dolor desgarrador se lo impidió; el tiburón decidió volver para repetir su cena. Los ojos ciegos de ella se abrieron, y su boca, en una mueca grotesca, emitió una carcajada sorda.
¡Hala, mañica! Arriba con esa jota brava bailada con rasmia. Que no se puede ser más baturra y más lunática. Así era ella; siempre andaba soñando en sus cosas. De aquellos sus tiempos mozos dejándose caer por algún ribazo con el zagal más guapo del barrio. Y es que ése era su emblema; postulado hermanamiento entre vecinos, aunque luego la llevaran entre lenguas. Que la gente es muy mala y envidiosa. Lo cierto es que nunca se sabe, pues de una inmerecida mala fama terminas convertida en leyenda; y hasta te cantan y te bailan en una gloriosa jota aragonesa.