viernes, 5 de octubre de 2018

Ansiedad



Guardado en un cajón
tengo un espacio vacío, 
que a veces escapa 
y se me clava dentro. 
Separa mis vísceras 
y se acomoda entre ellas. 
Aprieta... atenazando con fuerza 
corazón y estómago. 
Alterado el fluir de la sangre, 
y ahogada la respiración, 
dolorida sufre la reseca garganta. 

Profundo e hiriente vacío, 
que escabullido de su presidio, 
expande su niebla gris, 
adueñándose del día 
y sus quejumbrosas horas; 
enturbiando horizontes, 
enfriando los otoños. 

Sobrecogidos los latidos, 
galopan sin medida 
desde lo más hondo 
de mi desazonado pecho. 

Oquedad lacerante 
que no supe combatir a tiempo, 
va creciendo dentro de mí, 
ensanchando, dilatando 
la superficie muerta. 
Y siento en las entrañas 
su quejido cadavérico, 
frío, siniestro... ocupándolo todo. 

Ya mi ser quedó atrapado 
por un vértigo que no controlo. 
Angustioso vacío que me inunda. 




2 comentarios:

  1. Este poema, describiendo sensaciones que ahogan, me impacta. La poesía cuando se hace desde el dolor, la desesperación.. es la más bella. La que más llena porque se habla desde el alma
    saludos

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