Tengo 85 años, y junto a mi mujer nos tocó pelear para tener nuestro propio hogar. Tres hijos le debo a esa bendita que la muerte me arrebató. La semana pasada, ellos, que son jóvenes y tienen sus nuevas familias, me propusieron algo: Una residencia sería ideal para mí. Vivir solo en una casa llena de recuerdos no mejoraría mi estado de ánimo, y ese nuevo hogar me daría la tranquilidad de saberme bien atendido.
La donación y venta de mi casa ya están en marcha; piensan comprar un piso en la playa.
Mi sensación de soledad va en aumento.
Publicado en la Asociación Solidaria Cinco Palabras:
Palabras a incluir regaladas por
CÉSAR HEREDERO, JUBILADO DE @IBERIA Y ESCRITOR SOLIDARIO
PELEAR - HOGAR - JÓVENES - RESIDENCIA - TRANQUILIDAD
Causa Solidaria del mes de Mayo:
MAMIS SOLIDARIAS
Publicado también en POÉMAME:
Una realidad cada vez más en aumento ...esa si que es una soledad triste. Un buen micro con un sentimentalismo arrasador. Un besazo .
ResponderEliminarCierto, una triste realidad.
EliminarMil gracias por tu lectura, Campirela.
Besicos.
Cruda realidad, por desgracia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Por desgracia así es.
EliminarBesicos.
Los Hijos y su crueldad...
ResponderEliminares tan triste...
Besicos.
Muy triste...
EliminarMuchas gracias por tu lectura, Laura.
Besicos.
Muy triste situación.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es. Muchas gracias por tu lectura. Besicos.
EliminarGalilea, a mí también me ha quedado ese sabor amargo que has buscado en el relato. Has logrado algo que además de triste, es muy habitual!!
ResponderEliminarBesicos muchos.
Así de lamentable es.
EliminarMuchas gracias por tu lectura, Nani.
Besicos.
Uy triste relato lo peor es la ingratitud de sus hijos, Te mando un beso
ResponderEliminarLo es, lamentablemente.
EliminarMil gracias y besicos también para ti.
Durísimo, pero muy real. Una pena.
ResponderEliminarUn abrazo
Muy penoso, sí.
EliminarMil gracias por tu lectura, Alba.
Besicos.
Hay hijos crueles. Que triste. Saludos amiga.
ResponderEliminarLos hay y es muy triste.
EliminarMil gracias por tu lectura, Sandra.
Besicos.
Que triste situación la de este señor que encima que pierde a su mujer ve la codicia e ingratitud de esos hijos y todo por un piso en la playa.Besicos
ResponderEliminarUna realidad que se da demasiadas veces.
EliminarMuchas gracias por tu lectura, Charo.
Besicos.
La última frase me dejó una espinita clavada...
ResponderEliminarUn saludo.
Es la que más duele...
EliminarMuchas gracias por tu lectura, Né.
Besicos.
Um relato arrasador!
ResponderEliminarExistem filhos que revelam uma crueldade lamentável, desumana e egoísta!
Como é possível??
Un abrazo, Galilea!
Mil gracias por tu lectura!
EliminarBesicos.
Que tristeza y lo peor es que pasa en realidad, la avaricia humana no discrimina, agarra parejo aunque sean familia.
ResponderEliminarBuen relato amiga Galilea me gusto, un abrazo fuerte
Desgarrador querida Galilea.
ResponderEliminarNo siempre esas soluciones que buscan los familiares tienen en cuenta los sentimientos de la persona mayor. Dan por sentado que ya "no es util" y que con estar atendido en una residencia, ya esta todo solucionado. Y no solo eso sino que se proponen administrar sus bienes como si fuese una persona incapacitada mentalmente...realidad tremenda y triste.Te dejo un abrazo grande!!!
Lo has definido perfectamente. Una realidad muy triste.
EliminarBesicos.
Que triste realidad Galilea.
ResponderEliminarAbrazos.
Muy triste...
EliminarMuchas gracias siempre por tu lectura, Conchi.
Besicos.
Has trasmitido en pocas palabras ese egoísmo, a veces, de los hijos. Cruel y triste relato.
ResponderEliminarTe encuentro navegando entre comentarios.
Saludos
Muchas gracias por tu lectura y bienvenido a este rinconcito.
EliminarBesicos.
¿Pero eso lo ha escrito ese hombre?
ResponderEliminarA ese hombre lo he imaginado. Aunque su historia, hoy en día, desgraciadamente ocurre...
EliminarMuchas gracias por tu lectura y visita a mis letras.
Besicos.
Vaya, pensé que el apartamento en la playa era para él. Que inocente...
ResponderEliminarDuro.
Besoss, Galilea
Así de duro, sí.
EliminarMuchas gracias por tu lectura, Gabiliante.
Besicos.
Pocas palabras y demasiados sentimentos, intenciones a la vista. A veces la vida muestra su cara más dura. El día a día, el trabajo, la familia... ¡qué difícil es en ocasiones compaginarlo con el cuidado de nuestros mayores!. Y las residencias no siempre son bien aceptadas, no siempre tenemos en cuenta su opinión. No juzgo a nadie, yo ya he pasado por eso. No es fácil.
ResponderEliminarSaludos
Cierto, es un tema muy complicado, y a veces no hay opciones posibles. No se puede juzgar.
EliminarLuego, a parte... hay casos sangrantes como el de mi microrrelato.
Muchísimas gracias por tu lectura, Jose.
Besicos.