He visto ensanchar las distancias,
perder la complicidad que nos unía
perder la complicidad que nos unía
y morir de agotamiento nuestros anhelos.
He padecido la desilusión que me conmueve,
que aprieta y sujeta en corto
aprendiendo de la amarga experiencia.
He luchado por la desintoxicación
de mis incertidumbres y dudas,
desde una incomprendida soledad.
He sentido el dolor degradante y carcomido
de mil noches vacías de compañía
y mil días sin rumbo ni destino.
He aprendido que el amor, la amistad
o cualquier relación humana,
esconden la cara o la cruz de una vida.
He entendido que el tiempo subyuga el misterio
y lo deja al descubierto muriendo la inocencia.
Desnuda y despojada queda... la cruda realidad.
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