Se desata la tormenta,
vas perdiendo los estribos.
La mujer que te acompaña
es el pozo en el que vuelcas,
de tu mente, lo más pútrido.
Ella intenta que te calmes,
que tus gritos no despierten
a los niños en sus camas.
Y llorando te suplica:
“Piensa en ellos; son tus hijos”
¡Nada importa! llevas odio
supurando entre las tripas.
Se te escapa de las manos
y son los puños los que hablan.
Fluye sangre… mucha sangre.
En sus ojos ves terror
pero ya no sientes nada;
eres frío como el hielo,
de maldad estás enfermo.
Necesitas humillarla,
demostrar que eres más fuerte.
¡Desgraciado! no eres nada.
No... no es humano lo que haces.
Acomplejada basura
de hombría malentendida,
que no has sabido querer,
y por no saber... la matas.
Fotografía encontrada y compartida de internet
Publicado en Poémame:
https://poemame.com/story/basura-humana
Ahhh que tremendo Gali... es terrible pensar como ocurren ese tipo de cosas, pero desgraciadamente son muy comunes.
ResponderEliminarUna realidad tremenda y muy triste. Muchas gracias por tu comentario, compañera.
EliminarEsa mente que vuelca el odio, la impotencia, y la rabia, en unos golpes a la mujer, madre de sus hijos, es una mente en la que no puedo ponerme.
ResponderEliminarEstupenda entrada, donde al final la mata, y ni siquiera porque es suya. Muy bueno el poema. Un abrazo y feliz finde
Es difícil, sí... Mentes obtusas que esconden inseguridades que no controlan y les llevan a un odio enfermizo. En fin... una tremenda realidad.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario. Que disfrutes del finde tú también.