Curiosa mira la luna
por los besos que nos damos.
Blanca, bella y envidiosa
sabiéndose inoportuna,
esconde que nos amamos
ocultándose celosa.
Entre sombras nos besamos,
con tus dedos en mi pelo
enredando mis deseos.
Excitados avanzamos
y camino a nuestro cielo
te reclamo entre siseos.
Que me escuches sigiloso
y miremos las estrellas
que la luna han retornado.
Vuelve el firmamento hermoso,
plagado de luces bellas
inspirando al enamorado.
Entrelazados danzamos
los compases del amor.
Y en perfecta sinfonía,
con pasión nos entregamos,
al crepitante rumor
que el deseo proponía.
En la arena sobre un lienzo,
dibujamos con caricias
nuestros más húmedos sueños.
Y son tus manos comienzo,
de resistencias ficticias
que sosiegan los empeños.
Despojada tu premura
dilatamos los placeres.
Y haciendo eterno el instante
pleno de goce y ternura,
con suavidad me sugieres
cadencia de buen amante.
Respiramos agitados
y el corazón se acelera
cuando el éxtasis se alcanza.
Ya en sosiego y abrazados,
con nuestro amor por bandera
y una luna en añoranza.
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Bellísimo poema! Felicidades compañera.
ResponderEliminarMuchas gracias, Marisa!
Eliminarbellisima descripcion amorosa.
ResponderEliminarMuchas gracias, me alegra que te guste
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