Son sus ojos
de triste de mirada,
los de un niño
al que robaron su infancia.
Olvidada su niñez
apenas puede ya recordar;
esa luz que una vez,
iluminó sus sueños.
Sintiendo el mar entre
espumas de sal y torbellinos.
Olas bravas golpean sin piedad
sus altos muros.
Esos que levanta el miedo
para no recordar,
lo que un niño jamás,
debería soportar.
Que el camino
que torció el destino, duele.
Y duele tanto
que una inocente mirada,
despierta monstruos
y dolores escondidos.
Publicado en www.cincopalabras.com
Enero/2017
Causa: África sol safaris en Johannesburgo, que ayuda a niños huérfanos de la favela de Kosmos (NPO) en Hartbeespoort
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