Los cascos resonando fuerte en mis oídos.
La música me inunda,
me lleva, me trae.
Cierro los ojos,
nada es real, todo es un sueño.
La vida se acuna en las melodías que suenan.
El tiempo se detiene,
no existe.
Soy lo que pudo ser.
Nada es, todo fue.
Me falta el aire,
pero bailo y bailo sin parar.
Todo se mueve bajo mis pies.
Sigo con los ojos cerrados.
Nada es...
Nada,
sólo música fundiéndose con mi cerebro.
No hay mañana.
Y si lo hay,
no es para mí
tal y como me conocí.
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