De agua clara y cristalina
es su sonrisa.
Y son sus ojos de brillo intenso;
allí,
donde transluce la inocencia.
Niñas, que inocentes crecen.
Y que para dejar atrás su infancia,
arrebatan y cortan su carne
con dolor y con su sangre.
Que dejar de ser niñas
no debería de doler.
Que ser mujer completa y sin cortes,
su derecho es.
Triunfe pues el amor,
por encima
del sufrimiento infringido.
Y que la humanidad del Hombre;
sea.
Y se siembre, y se extienda
sobre la faz de la tierra.
No más dolor... no más sangre.
Por amor... no más niñas cortadas.
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